SHIVA, EL PECADOR

imágenes en Aro Ha

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Después de una batalla, el dios berserker (haciendo mención a los guerreros vikingos que combatían semidesnudos bajo cierto trance de perfil psicótico) se sumió en la tristeza y la depresión por haber perdido a su amada Uma-Sati, olvidando su verdadera naturaleza, vagó y erró por el desierto y rutas salvajes.

Cada vez más profundo se deslizó en la oscuridad mental (tamas), de modo que, cuando llegó al bosque de pinos en los Himalayas, donde meditaban los ermitaños y sus esposas, no era más que un loco.

Para los hombres santos que estaban tan orgullosos de su bramacharya (ritual de abstención sexual), él no era más que un demonio desnudo y sucio con un miembro viril constantemente erecto.

Sus esposas, por otro lado, con la excepción de una sola, vieron en él una tentación, un imán de lujuria.

Los rishis y sus esposas realmente representan el espíritu humano y el alma humana. Ambos están atrapados en la ilusión y no pueden reconocer a Dios cuando lo ven.

El pensamiento, el lado masculino de la psiche dentro del pensamiento patriarcal de la India, proyecta su propia debilidad y miedos sobre él, mientras que el sentimiento (el lado femenino) cae en una fascinación malsana.

Pero shiva está realmente vacío de características. Él no es más que un espejo de su estado de ser, físico y emocional. En constante conexión con su estado más profundo e íntimo. Él es el símbolo del yo, que realmente no puede convertirse en un objeto, ya sea de pensamiento o sentimiento.

El está siempre más allá de esto. De la misma manera, ninguna magia, ni liturgia, ni rito, ni ofrenda pueden doblegar al yo, cuando el si mismo está en contacto con su centro.

Shiva, the wild god of power and ecstasy by Wolf Dieter

 
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